Buenos Aires Mítica

La Ciudad de Buenos aires fue fundada tres veces. Las dos primeras, son las que ha registrado la Historia. La primera ocurrió en 1536 por Pedro de Mendoza y fue destruida en 1541. Se desconoce el sitio exacto, pero los historiadores aseguran que pudo ser en las zonas que ocupan los actuales Parque Lezama, Parque Patricios o el pintoresco Barrio de la Boca. La segunda Fundación fue en 1580 por Juan de Garay, que es la que perdura hasta hoy. Sobre esta Fundación se tienen más referencias. Estaba situada en los límites de los Barrios de San Nicolás y Montserrat, en su origen, constaba de 250 manzanas de 140 varas de lado cada una.

Borges habla de una tercera Fundación, en su barrio, a la que llama Mítica.

Prendieron unos ranchos trémulos en la costa,

Durmieron extrañados. Dicen que en el Riachuelo,

Pero son embelecos fraguados en la Boca.

Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo.

Una manzana entera pero en mitad del campo

Presenciada de auroras y lluvias y sudestadas.

La manzana pareja que persiste en mi barrio:

Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga.

La Buenos Aires de "El Descifrante",  es una Ciudad que se inicia partiendo  de esta tercera Fundación. Abarca las otras dos y las integra.

Cuando el protagonista decide resolver los enigmas que le plantea la Esfinge (en la novela representada por el Taurocerbero), referidos  a su naturaleza como ser humano, necesita realiza tres viajes iniciáticos correspondientes a tres elementos distintos de la materia (agua, fuego, aire). La búsqueda de la solución le lleva irremediablemente a descubrir que las tres Fundaciones de Buenos Aires son niveles de una misma cosa. A cada paso, en su intento por descifrar el Misterio de la Ciudad, crea una nueva mitología porteña. Todo se entrelaza y articula:  seres imaginarios de la más diversa condición, personajes literarios revividos, personificaciones de sus virtudes y vicios, materializaciones de su cultura, encarnaciones del imaginario social, algunos con existencia en nuestra realidad (escritores, pintores, letristas de tango, personajes históricos) y otros inventados, además de encontrarse con una insospechada  dimensión mítica propia  del  tango y el rock argentino, la música ciudadana que vertebra su búsqueda y que sirve para vehiculizar a través de las letras e imágenes, distintos conceptos pertenecientes a su desarrollo espiritual.

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