Buenos Aires Hermética II

 

La Qabbalah, en tanto disciplina que nos provee de un sistema de interpretación de la realidad, sustenta con su simbología gran parte de la novela, generando de esta manera diferentes niveles de profundización y ampliación del texto. Esto permite realizar diferentes lecturas y enfoques que pueden enriquecer con nuevos sentidos que van un poco más allá de la superficie del escrito.

En hebreo, la palabra Ciudad se escribe principalmente de dos maneras. Tomaremos como ejemplo la variante formada por las letras resh-iod-ayin.

Los cabalistas, para hallar diferentes sentidos en una palabra y desentrañar los significados que oculta,  utilizan una herramienta denominada gematría. Como cada letra hebrea tiene un valor numérico, si se suman los valores de cada una de las letras que conforman una palabra, se obtendrá un número determinado que corresponde al total de todas ellas. Se dice que las palabras que comparten  el mismo valor numérico están vinculadas. Si sumamos los valores de resh, iod y ayin obtendremos el valor 280, el mismo que en hebreo tiene la expresión “vientre, abdomen”.

Este vínculo, parece remitir al relato legendario de Jonás y El Gran Pez, una historia iniciática que relata el viaje a las profundidades de la materia, como si se tratase de un regreso al vientre materno. Jonás desciende hasta los cimientos, permanece allí tres días, “muerto”, tras los cuales es vomitado a tierra, “devuelto a la vida”, para dejar de ser el que era y afrontar, revestido de la fuerza de sus profundidades (“subirás de la tierra al cielo y de nuevo bajarás a la tierra, de éste modo vas a recibir la fuerza de las cosas superiores e inferiores” dice uno de los personajes en el capítulo VI), las nuevas experiencias que le esperan por delante.

En este sentido, Buenos Aires, como vientre materno, representa para el protagonista un reducto, un espacio que le limita, pero a la vez, le otorga un marco cerrado que concentra las energías a utilizar en el trabajo interno de su propia transformación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *