Desde tiempos inmemoriales, la ciudad ha sido un espacio mitológico, objeto de múltiples relatos y leyendas que buscan dar sentido a su origen, su desarrollo y su significado en la vida de los seres humanos. En este sentido, el mito se convierte en un poderoso instrumento para explicar la realidad de la ciudad y su relación con el mundo natural y social que la rodea.

Uno de los aspectos más interesantes del mito es su capacidad para generar un efecto de verdad en quienes lo escuchan o lo leen. A través de la narrativa mítica, se crea un universo simbólico que otorga una coherencia interna a los hechos y las experiencias que conforman la vida de la ciudad.

El mito, por cierto, genera una narrativa que otorga cuerpo a una manera de ser y de actuar que se identifica con la ciudad y sus habitantes. En este sentido, el mito se convierte en un elemento clave para la construcción de la identidad colectiva y para la consolidación de una cultura propia de la ciudad. A través de los mitos se transmiten valores, creencias y formas de comportamiento que se convierten en rasgos distintivos de la ciudad y sus habitantes.

En El Descifrante, los mitos de Buenos Aires, los personajes legendarios y la intertextualidad literaria, permiten vehiculizar diferentes valores y conocimientos que son mucho más profundos que aquello que muestra el mero relato en sí, superficial, con carácter de aventura y fantasía aparente.